E C U A D O R
por Martín Secaira Vargas
Índice
1. Introducción
2. La entrada de las políticas del Consenso de Washington en América Latina y su influencia en el Ecuador.
3. Correa y el giro del modelo Suramericano
4. Conclusión
5. Bibliografía
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1. Introducción
Ecuador es un país privilegiado en el mundo, su ubicación sobre la línea ecuatorial, no sólo constituye un atractivo turístico sino que es una de las razones para su abundante dotación de recursos naturales existentes en su suelo. La cuenca amazónica, la presencia de la Cordillera de los Andes, la salida al Océano Pacífico, y las Islas Galápagos, conforman un escenario único en el planeta, que otorga al país una gran variedad de climas y entornos naturales. El Ecuador ocupa el primer lugar en el planeta en cuanto al número de vertebrados por unidad de superficie, el segundo lugar contando únicamente las especies endémicas, y se encuentra en las primeras posiciones por el número absoluto de especies de anfibios, aves y mariposas[1]. A diferencia de otros países de la región, como los andinos Perú y Bolivia, la fertilidad de los suelos ecuatorianos, su pluviosidad y temperatura, crean condiciones favorables para una agricultura diversificada en la mayor parte de la Sierra y la Costa. Estas condiciones no sólo han favorecido el desarrollo de culturas endémicas muy antiguas sino que acogieron al menos 1.5 millones de habitantes en los tiempos previos a la conquista colonial, entre esos pueblos estuvieron los Quitus, los Cañaris e incluso los Incas. Estas características mencionadas, pueden ser sumadas a la gran riqueza existente bajo el suelo ecuatoriano en sus yacimientos petroleros, así también, recursos pesqueros, mineros, y otras reservas naturales que, con un adecuado manejo, ciertamente viabilizarían la satisfacción de las necesidades humanas de una manera sustentable.
No obstante, Ecuador es probablemente el país sur americano más convulsionado de la última década, más de 10 presidentes han gobernado aquí en los anteriores 12 años, en varias ocasiones los poderes del estado han sido defenestrados tanto por agitaciones populares, cuanto por decisiones políticas oportunistas y totalmente alejadas de la legalidad. La confianza de la población ecuatoriana, con respecto a sus gobernantes, ha disminuido dramáticamente, esto en correlación con el aumento de la pobreza, la creciente inseguridad, y la constante falta de oportunidades. El poder legislativo, tradicionalmente ha estado en las manos de los grupos de poder pertenecientes a empresarios influyentes. El Congreso Nacional – actual Asamblea Nacional - en teoría encargado de la construcción de las normas de convivencia del país, ha sido gobernado de manera clientelista posiblemente desde la fundación de la república. El poder judicial, aún en proceso de fortalecimiento, ha sido violentado y desconocido en más de una ocasión, producto de la manipulación e influencia de los grupos de poder. Por otro lado, aunque no menos abusivo e irresponsable, el poder ejecutivo, ha sido utilizado como el chivo expiatorio de todos los errores producidos por el clientelismo partidista existente en el país, lo cual ha ocasionado la constante variación de mandatarios, que en más de una oportunidad, no han acertado en la conducción de un país rico en recursos naturales pero con una gran mayoría pobre.
Este trabajo tratará de presentar cronológicamente una breve imagen del país, desde el año 79 con la posesión como Presidente de la República de Jaime Roldós Aguilera, que coincidió con la inminente entrada de las políticas del Consenso de Washington en America Latina, hasta el año 2010, con el primer período del gobierno de Rafael Correa, el cual se alinea en el tiempo con la primera década del giro a la izquierda que dieron los países de la región con Chávez, Lula y Morales. Finalmente a manera de conclusión se hará una aproximación a los resultados que, a nivel político y económico, se prevé que el primer período del actual mandatario ecuatoriano tendrá.
2. La entrada de las políticas del Consenso de Washington en América Latina y su influencia en el Ecuador.
América Latina ha sufrido un proceso de continuas crisis desde sus orígenes, así, los años 80`s son conocidos como la década perdida en el continente. El fracaso del modelo de industrialización de la economía y substitución del modelo de exportación de materias primas fue causado debido a dos condiciones muy visibles de la época: “(a) el excesivo crecimiento del Estado lo que significa proteccionismo, exceso de regulación y empresas estatales ineficientes, y (b) el populismo económico, definido por la incapacidad de controlar el déficit público y de mantener bajo control las demandas salariales tanto en el sector privado como en el sector público.”[2] Partiendo de esta premisa, en los años 80, surge la propuesta del Consenso de Washington (CW) cómo alternativa a las prácticas populistas poco efectivas en la economía latinoamericana.
Éste, en teoría, nace con la idea de poner fin a la década perdida, y con el objetivo principal de hacer crecer la economía, generar empleo, hacer competitiva la región frente a los mercados mundiales cada vez más interdependientes, y, fundamentalmente, crear bases para erradicar la pobreza y atenuar las diferencias económicas y sociales.[3] Este último sin duda alguna es el fracaso más visible del CW, y, de la región.
El CW, está comprendido dentro del marco neoliberal de los planes de reforma económica, puesto que, para la consecución de lo antes mencionado, plantea tres objetivos: (i) El fortalecimiento de los mercados, frente a la intervención del estado, (ii) reforma del sistema fiscal y de gasto público, frente a los objetivos de crecimiento y atención a las necesidades de los más pobres, y, (iii) apertura externa frente al proteccionismo. Se puede manifestar, que esta reforma estructural pretendía adoptar una estrategia de crecimiento market oriented (orientada a la hegemonía de los mercados), es decir implantar el modelo capitalista de occidente beneficioso para las grandes corporaciones en las sociedades, en el momento, críticas de América Latina.
Para este entonces Ecuador se encontraba en un período de transición de la dictadura de Velasco Ibarra a una etapa democrática la cual iniciaba con el “Plan de retorno a la democracia” impuesto por la junta militar que derrocó al dictador. Este proceso terminaría con la elección de Jaime Roldós Aguilera. Roldós, líder de la izquierda ecuatoriana, por el partido Concentración de Fuerzas Populares (CFP), se convertiría en presidente del país en el año de 1979, venciendo a su opositor Sixto Durán Ballén, candidato por el conservadurismo del Partido Social Cristiano (PSC).
En la época de Roldós, el país se hallaba totalmente convulsionado, con un superávit fiscal producto de los enormes réditos por las exportaciones de petróleo, causados por la suba del precio en los mercados internacionales ocurrido en fechas anteriores. Producto de esto, el Estado ecuatoriano concentró todo su poder en la capital y en el centro económico del país, el puerto de Guayaquil, el centralismo generó pobreza y produjo olas migratorias del campo a estas dos ciudades. Los centros de poder aislaron a la mayoría de la población rural y pobre, que habitaba en las ciudades, convirtiéndolas en periferias, sin servicios básicos, insipiente cobertura sanitaria, imposibilidades de acceso a educación, en fin, ciudadanos sin derechos y sin oportunidades, vulnerables ante cualquier eventualidad o abuso.
Roldós, recibió al país fragmentado a nivel político y social, y lo hizo con la propuesta de garantizar los derechos y crear oportunidades para aquellos que habían sido excluidos durante décadas. La propuesta de una mejor repartición de la riqueza del petróleo e implantación de un modelo más respetuoso del ser humano menos favorecido, puso en guardia a las élites económicas del país, y analizándolo de manera objetiva, ciertamente alertó a las empresas transnacionales que en ese momento operaban en el país. No obstante, el breve paso de Roldós por la presidencia, causado por su misteriosa muerte, en 1981, en un accidente aéreo, impidió que está propuesta tomará vida. Lo sucedió su vicepresidente Jaime Hurtado.
Hurtado, pese a haber estado en la misma línea que Roldós se vio imposibilitado de aplicar las políticas de su antecesor. En 1982 las exportaciones de petróleo bajaron y consecuente los réditos del Estado disminuyeron. El elevado gasto fiscal y la falta de ahorro del gobierno de Hurtado llevaron a que la economía del país entrara en una nueva recesión. Jaime Hurtado fue derrocado por fuerzas populares insatisfechas.
En 1984 lo sustituyó León Febres Cordero PSC de 1984 a 1988 quien en su gobierno impuso políticas de corte neoliberal; las mismas del CW. Se realizaron dos reformas fundamentales: (i) La reforma Financiera y (ii) la reforma de política fiscal. La primera modificó las formas de operar el Sistema Financiero y particularmente el Bancario mediante la liberalización interna, apertura de la cuenta de capitales, y, la desregularización del mercado de acciones. Con respecto a la segunda, se adoptaron medidas extremadamente pro-cíclicas cómo la reducción de la presión fiscal para controlar los déficits presupuestarios, un proceso incontrolado de privatizaciones, y el escaso financiamiento de políticas públicas.
Esto, sin duda alguna, trajo consecuencias inevitables, como el incremento de la pobreza y sobretodo de la desigualdad tan evidente entre clases sociales, una diferencia marcada entre el desarrollo del campo y la ciudad, y, ya dentro de las urbes, las brechas gigantes entre ciertos sectores. También, el incremento de diferencias entre indígenas y no indígenas, la exclusión del negro, y graves problemas de género. Es decir, se habían agudizado los problemas ya existentes en la época de la dictadura. Febres Cordero dio a los banqueros y comerciantes total libertad para operar dentro del país, la administración de este gobierno confrontó a todas las fuerzas del Estado y a la oposición que denunció sistemáticamente numerosos hechos de corrupción gubernamental y violaciones a los derecho humanos."[4] Al finalizar su período en el año de 1988, fue substituido, por el líder de la centro izquierda; Rodrigo Borja de la Izquierda Democrática (ID).
Borja planteaba la reconstrucción de la democracia en el país, así como políticas sociales que tengan impacto sobre las poblaciones más vulnerables. No obstante, el gobierno mantuvo las políticas económicas de ajustes con un toque gradualista. La deuda externa se incrementó y aumentó el costo de la vida. Probablemente la decisión más acertada y de mayor impacto en el tiempo que Borja tomó, fue iniciar los esfuerzos para la consecución de una paz duradera con el Perú.
En 1992 Sixto Durán Ballén fue elegido Presidente de la República, en su gobierno el proceso de negociación de paz con el Perú fue abruptamente derrumbado por el inicio de una guerra con el Perú. Por otro lado, en este gobierno se asentaron las bases para un modelo empresarial, se promovió la modernización del Estado mediante las privatizaciones del sector público. Se aplicaron políticas que habían sido probadas como nocivas en varios países de la región, y que produjeron el incremento de la pobreza y sobretodo de la desigualdad tan evidente entre clases sociales, una diferencia marcada entre el desarrollo del campo y la ciudad, y, ya dentro de las urbes, las brechas gigantes entre ciertos sectores. También, el incremento de diferencias entre indígenas y no indígenas, la exclusión del negro, y graves problemas de género, además, aumentó la vulnerabilidad de los países ante los ciclos económicos, por lo tanto, debilitando las políticas públicas y el gasto social. Consecuentemente, se generaron olas migratorias hacia los Estados Unidos y algunos países de Europa, lo cual, ya desde ese entonces, convirtió a las remesas en una fuente imprescindible de IED(Inversión extranjera directa) para las regiones con mayores índices de emigración.
En los años venideros pasaron 4 presidentes en 4 años. Abdalá Bucaram, Fabián Alarcón por dos ocasiones[5], Rosalía Arteaga y en el año 2000 Jamil Mahuad asumió la presidencia. En su primer año de gobierno, Mahuad firmó la paz con el Perú. Mahuad recibió a un Ecuador devastado por una crisis bancaria, la cual se llevaría consigo los ahorros de miles de familias ecuatorianas. La devaluación del Sucre, la moneda oficial hasta el año 2000, alcanzó cifras incontrolables llegando a valer 1 dólar 50.000 sucres en una ocasión. Finalmente el año 2000 , con un tipo de cambio de 25.000 a 1, se procedió a dolarizar al país, sacando de circulación de los mercados al Sucre. Mediante esta decisión, el presidente realizó un salvataje bancario similar al de Argentina y al reciente a nivel de Europa y los Estados Unidos, lo cual produjo el descontento de la mayoría de la población la cual se levantó y derrocó a un nuevo presidente.
La inseguridad jurídica acompañada de la inestabilidad política, causaron que los esfuerzos de las entidades públicas encargadas de proveer servicios y cubrir las necesidades de la población, concentraran todos sus esfuerzos en mantenerse en el poder, o corromperse debido a la coyuntura que cada uno de los gobiernos tuvo durante este período. Las poblaciones más vulnerables continuaron descuidadas y las condiciones de vida que llevaban se vieron deterioradas.
En el período de 3 años, pasaron dos triunviratos (gobierno de 3 personas a la vez) y una elección democrática en el año 2003, cuando el Coronel Lucio Gutierrez, autor de uno de los golpes de Estado, ganó las elecciones y asumió el poder. Fue destituido por el Congreso en abril del 2005, en medio de revueltas populares conocidas como la rebelión de los forajidos, fue reemplazado en el cargo por el vicepresidente Alfredo Palacios. En noviembre de 2006, Rafael Correa, político líder de la oposición a la denominada partidocracia fue elegido Presidente de la República.
3. Correa y el giro del modelo Suramericano
Correa asumió el poder después de haber mantenido una campaña de rechazo a las costumbres tradicionales del manejo político del país, con una propuesta de cambio en la administración de los bienes del Estado, y con la idea de gobierno para los más pobres. El gobierno de Correa propone un modelo de desarrollo diferente al tradicional de occidente, el denominado “Sumak Kawsay” o Buen Vivir, recogido en el Plan Nacional para el Buen Vivir, propone una idea de desarrollo enfocado en el respeto a la naturaleza como premisa al respeto del ser humano y su vida en dignidad. Propone cambiar las dinámicas de dependencia norte sur y procura limitar la injerencia extranjera en los asuntos de carácter nacional, el modelo gira la mirada hacia el sur como aliado principal y ofrece dar impulso a todas las políticas que promuevan una mayor cooperación entre países de la región y del hemisferio. La propuesta del Sumak Kawsay en el Ecuador, es producto de el proceso político, económico y social que se ha venido desarrollando en América latina en la última década.
América Latina, hoy en día, se encuentra jugando en un nuevo escenario que promete cambios importantes especialmente en términos geopolíticos, institucionales, y, de reforma social de los estados. La pérdida de influencia a nivel global de los Estados Unidos, y, la reciente crisis financiera, han permitido que los críticos al modelo capitalista sugieran el aparecimiento de un nuevo modelo donde el estado actúe como ente regulador de los mercados, protegiendo de esta manera los derechos de sus ciudadanos. Con un movimiento bolivariano, de tinte socialista, que reivindica los derechos de los más pobres, de los indígenas, y en general de los excluidos, la región ha dado pasos importantes al diálogo por la unidad y cooperación entre estados vecinos. Han surgido dos proyectos, liderados por el presidente venezolano Hugo Chávez, que invitan a retomar las riendas del mando político en la región y al rescate de la soberanía de los estados, proclamando independencia en la toma de decisiones y coherencia en la actuación regional frente a los retos globales.
La ALBA y la UNASUR, son proyectos que de conseguirse otorgarían un nivel de influencia en las decisiones globales que América Latina nunca antes ha tenido, y por consiguiente beneficios a la región. Además, permitirán una reforma coherente de las instituciones regionales, que de hecho existen pero son ineficaces. Así, la región podría establecer instrumentos que garanticen y exijan la políticas sociales, fundamentadas en la equidad, la igualdad y no discriminación por género o raza. También, el reto de fortalecimiento de las instituciones democráticas exige legislación que asegure la independencia entre poderes del estado y limite (inclusive extermine) el clientelismo y la corrupción. Todo esto asegurado por un poder ejecutivo capaz de establecer políticas públicas que permitan el desarrollo sostenido de los países, pero principalmente, de los más excluidos. No obstante, también existe el reto de los mercados asiáticos, ya que el crecimiento económico de China amenaza con la primarización de la economía de los países exportadores de materias primas, siendo América Latina una de las regiones más expuestas a este fenómeno.
El gobierno de Alianza País, movimiento del cual Correa es presidente, está alineado con todas las propuestas que se han originado en la región, inclusive el presidente ecuatoriano, es el primer presidente de UNASUR y su Canciller, Ricardo Patiño, el Presidente del Banco del Sur. Correa propone políticas públicas que pretenden dar soluciones a las necesidades insatisfechas de los ecuatorianos cuyas condiciones de vida, para los pobres particularmente, han empeorado. En 2006, el índice de pobreza nivel nacional se colocaba en el 38%. Sin embargo, en zonas rurales, más del 60% de la población vive en pobreza, y el casi 27% viven en extrema pobreza. Más de la mitad de la población indígena vive en pobreza extrema. La agricultura constituye el 40% de del PIB. Pero al mismo tiempo, Ecuador es el país con la biodiversidad más grande del planeta en relación con su superficie. Cerca del 18% de su territorio es destinado a conservación. En contraste con esto, el índice de tala de árboles se coloca aproximadamente en 165.000 hectáreas al año - equivalente al 1.5 por ciento del total del territorio.
La situación económica frágil de los segmentos más pobres de la población obliga a que las familias dependan en su totalidad de la producción agrícola que puedan tener de un pequeño espacio de tierra, usualmente obtenido con la reforma agraria del 88. La forma de producción con objetivos cortoplacistas somete a estas familias en practicantes de un modelo productivo insostenible y poco eficiente, lo cual genera más pobreza.
Pese a la gran cantidad de reservas naturales y el potencial gigantesco de ser pioneros de un modelo ambiental respetuoso y sostenible, las leyes y las políticas promocionales en el sector ambiental son incompletas o contradictorias, o están en conflicto con intereses locales del desarrollo, que los hace difíciles de hacer cumplir. Las consecuencias son la degradación progresiva de recursos naturales y del crecimiento constante de la pobreza rural, además de la pérdida, cada vez mayor de biodiversidad, y la declinación en productividad del suelo.
Pese a que el último Informe de Desarrollo Humano del PNUD ubica a Ecuador en el puesto número 80, entre los países con un desarrollo humano alto[6], las cifras ocultan una verdad visible en cada calle de las urbes más importantes, y a la vez tan presente en las zonas rurales, que desde luego, son las zonas donde las condiciones de vida son aún más difíciles. Por otro lado, en las grandes urbes, la delincuencia ha crecido exponencialmente con ello las condiciones de vida de la gente se han deteriorado, todo esto producto de la ausencia de oportunidades que aún persiste en el país.
El gobierno de Correa ha destinado sus esfuerzos a la construcción de carreteras a nivel nacional puesto que la vialidad del país estaba destrozada, truncando las posibilidades de comercialización entre las diferentes regiones del país. La ley de hidrocarburos, es una de las que más polémicas ha causado puesto que establece medidas más duras en los convenios con las empresas petroleras transnacionales, y también puesto que afecta directamente a los pueblos indígenas y tribales del país, los cuales de acuerdo a la norma Constitucional deberían ser parte activa de la construcción de un cuerpo legal o una política que afecte o incida directamente en su territorio.
Otra de las características de este gobierno, ha sido la clara inversión en educación y en salud pública, áreas donde el presupuesto se ha incrementado en un 400%. Sin embargo, el gobierno de Correa, también se ha caracterizado por su poca tolerancia y capacidad de fijar acuerdos consensuados con el resto de actores políticos que existen en el país. Con un discurso de desconocimiento y rechazo a sus prácticas tradicionales a logrado casi desaparecer la oposición y crear un rechazo visible por parte de la mayoría de la población hacia las clases medias y altas del país. Correa ha invertido de manera excesiva en propaganda de su régimen y de las obras que se han realizado, controla el 40% de los medios de comunicación del país y tiene sobre la mesa una ley de comunicación que de acuerdo a expertos internacionales, incluye temas que eventualmente podrían ser usados para controlar la forma en que los ciudadanos se expresan.
4. Conclusión
En definitiva Ecuador tiene un largo proceso hacia delante, en el cual existen ciertas dinámicas que deberían ser cambiadas. El proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas con Colombia y el fortalecimiento de estas con el Perú son también retos que este gobierno tiene. La reducción de la pobreza, la mortalidad infantil y la desnutrición deben ser atacadas en lo esencial del problema y destinar más fondos del presupuesto de salud al área preventiva de esta, lo cual ciertamente sería una inversión a largo plazo que generaría buenos réditos al estado ya que su población estaría más sana y con mejores capacidades de producción. Se debería continuar con la inversión en el área social, pero al mismo tiempo crear las condiciones jurídicas que garanticen seguridad al inversor y al empresario.
Es prematuro anticipar en que desembocará el gobierno de Correa, no obstante nos aventuramos a decir que el gasto en inversión pública continuará, y que el estado seguirá aumentando su burocracia lo cual podría ser contraproducente e caso de una eventual baja del crudo.
El Ecuador tiene varios retos por delante, los cuales de ser afrontados de un manera responsable y conciente de la necesidad de equidad, podrían dar un vuelco a la historia trágica del subdesarrollo.
5. Bibliografía
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Informe de Desarrollo Humano, Ecuador 2001. PNUD y ONU Ecuador
Informe de Desarrollo Humano 2009. PNUD
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La patria vuelve: una posibilidad de construir nueva hegemonía, Hernández Virgilio, 2007
Plan Nacional del Buen Vivir Ecuador 2009-2013. SENPLADES
Constitución del la República del Ecuador 2008.
Dolarización y Desarrollo Humano en Ecuador, Carlos Larrea, ICONOS 2000.
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CEPAL, 2001, Panorama Social de América Latina, CEPAL, Santiago.
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[1] Josse, Carmen (ed.). 2001. La Biodiversdidad del Ecuador, Informe 2000. Quito: Ministerio del Ambiente-Ecociencia-UICN, p.4
[2] Bresser Pereira, Luiz Carlos. La crisis de América Latina: ¿Consenso de Washington o Crisis Fiscal?. Revista Pensamiento Iberoamericano, núm.19,1991, pp. 13-35
[3] Sánchez Díez, Ángela. América Latina: ¿Volver a Empezar?. Revista de Economía Mundial núm. 18. 2008, pp. 93-103.
[4] Enrique Ayala Mora, Historia del Ecuador, 2004. Pág 114
[5] Alarcón fuepresidente en dos ocasiones durante ese período, la primera por 3 días en febrero 6 de 1997 hasta febrero 9 del mismo año, y, en febrero 11 del 97 hasta el 10 de agosto de 1998.
[6] IDH 2009