30 de abril de 2010

La Maldición de Malinche

Navegando en el internet, me he encontrado con un poema muy bonito que representa mucho de la realidad de América Latina y el sentimiento que dejó la conquista en nuestra sociedad. Espero que sea de su agrado.

La Maldición de Malinche



Del mar los vieron llegar
mis hermanos emplumados
eran los hombres barbados
de la profecia esperada.

Se oyó la voz del monarca
de que el Dios había llegado
y les abrimos la puerta
por temor a lo ignorado.

Iban montados en bestias
como demonios del mal
iban con fuego en las manos
y cubiertos de metal.

Solo el valor de unos cuantos
les opuso resistencia
y al mirar correr la sangre
se llenaron de vergüenza.

Porque los Dioses ni comen
ni gozan con lo robado
y cuando nos dimos cuenta
ya todo estaba acabado.

Y en este error entregamos
la grandeza del pasado
y en este error nos quedamos
trescientos años esclavos...

Se nos quedó el maleficio
de brindar al extranjero
nuestra fe, nuestra cultura,
nuestro pan, nuestro dinero.

Y les seguimos cambiando oro
por cuentas de vidrio
y damos nuestras riquezas
por sus espejos con brillo.

Hoy, en pleno siglo veinte,
nos siguen llegando rubios
y les abrimos la casa
y los llamamos amigos.

Pero si llega cansado un indio
de andar la sierra
lo humillamos y lo vemos
como extraño por su tierra.

Tu, hipócrita que te muestras
humilde ante el extranjero
pero te vuelves soberbio
con tus hermanos del pueblo.

Oh, maldición de Malinche,
enfermedad del presente,
cuándo dejaras mi tierra,
cuándo harás libre a mi gente.



Nota: No se registra el autor del poema, no obstante, puede ser encontrado en la página web: http://www.ildeposito.org/archivio/canti/canto.php?id=829 

29 de abril de 2010

Comportamientos misógenos de una sociedad patriarcal.


       Es irrisorio y absurdo pensar que en el siglo XXI, en la era de globalización por excelencia, muchas de las cuestiones referentes a los derechos de los seres humanos aún están pendientes de tratar o implementar e inclusive muchas otras ya han quedado en el olvido. El capitalismo neoliberal impuesto de manera global, el cual afirma ser el único garante de la libertad, proclama los beneficios del modelo de sociedad mercantilista donde todos somos iguales en derechos y oportunidades. No obstante esto dista abismalmente de ser cierto. Es en este siglo, y, dentro de este contexto, donde las cosas más ignominiosas ocurren. Es en la era de la modernidad donde miles de niñas y niños del mundo aún mueren de inanición, víctimas de niveles de pobreza e insalubridad sumamente altos. Es en nuestra era, donde las violaciones a los derechos humanos de mujeres y hombres en nombre de la lucha contra el terror, siguen ocurriendo. Torturas, tratos crueles, discriminación, incomunicación, detenciones arbitrarias, ablación, violencia de género, discriminación contra la mujer, y una larga lista de etcéteras, que como no podría ser de otra manera afectan con mucha mayor intensidad a las mujeres. Sometiéndolas, al yugo de una sociedad patriarcal que no ha llegado a comprender la importancia que la actuación y participación de las mujeres, en forma equitativa e igualitaria, tiene para el buen desarrollo de una nueva sociedad global.

Y es que es claro, el mundo actual se caracteriza fundamentalmente por una profunda desigualdad entre los roles de hombres y mujeres, siendo las adversidades de la vida diaria mucho más fuertes para las mujeres. La iniquidad de género existe en todos los rincones del planeta, sin embargo ésta no es vivida en igual intensidad en todas partes, y, en cada sitio puede adoptar diferentes formas, muchas de ellas llegando al límite de lo humano. La iniquidad de género no es un problema homogéneo a nivel de todas las sociedades, por el contrario es el conjunto de muy diversos y variados problemas que tienen como centro de la vejación a los seres humanos pertenecientes al sexo femenino.

A lo largo de la historia se han realizado muchos esfuerzos a nivel internacional para incluir en la agenda de las naciones lo referente a los problemas de género. A partir de 1946, se adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y con esta el reconocimiento de la mujer como sujeto de los mismos derechos que los hombres. En aquel entonces, de los 51 Estados miembros originales de las Naciones Unidas, solo 30 permitían que las mujeres tuvieran los mismos derechos de voto que los hombres o les permitían ocupar cargos públicos. No obstante y con el pasar de los años, la labor de Naciones Unidas logró que en muchos más países se reconociera a nivel legal los mismos derechos para hombres y mujeres, esto sin embargo, demostró ser insuficiente puesto que el reconocimiento legal no garantizaba que esto se llevara a la práctica.

En 1975, la Asamblea general de Naciones Unidas convocó a la primera Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre la Mujer, la Asamblea General identificó tres objetivos que se convertirían en la base de la labor de las Naciones Unidas en beneficio de la mujer:

1.     La igualdad plena de género y la eliminación de la discriminación por motivos de género;
2.     La integración y plena participación de la mujer en el desarrollo;
3.     Una contribución cada vez mayor de la mujer al fortalecimiento de la paz mundial.

Desde este entonces, este organismo es el encargado de dar visibilidad y levantar una voz de protesta en contra de las persistentes desigualdades que aún existen entre hombres y mujeres y mediante esto hacer frente a una de las formas de pobreza más arraigadas que aún existen. Sin embargo, a pesar de que se han adoptado medidas por parte de gobiernos, instituciones internacionales, organizaciones sociales y organismos de cooperación (nacionales e internacionales) la igualdad real entre hombres y mujeres sigue siendo un objetivo por cumplir. Sin negar avances en algunas materias –en educación, por ejemplo- las mujeres siguen siendo “las más pobres entre los pobres”, según ha señalado Naciones Unidas en sus investigaciones.

Entonces, se podría afirmar que la causa fundamental que existe para que estos roles tan diferenciados entre hombres y mujeres se sigan manteniendo, son causados por la constante misoginia y constantes esfuerzos, para no perder el poder, por parte de los hombres que se encuentran en las más altas posiciones tanto políticas como económicas a nivel mundial. Y es que como se puede apreciar en la sociedad global a mayor éxito por parte de un hombre, más claras son las evidencias de machismo y drástica diferenciación de roles entre hombre y mujer en su entorno. Y por el contrario, las pocas mujeres integradas a estos niveles políticos y económicos se ven forzadas a renunciar a su feminidad, a su familia, a su vida, con el fin de alcanzar el éxito, el cual tradicionalmente ha sido un privilegio masculino. Muchas veces se puede apreciar en ciertas mujeres exitosas que para alcanzar su posición en el mundo laboral han tenido que asumir características misóginas que les permiten desenvolverse con mayor facilidad en un mundo diseñado para opacar la actuación de la mujer.

Además, falta de participación adecuada del hombre en el mejoramiento del papel de la mujer en la sociedad, la falta de voluntad política, el escaso reconocimiento del valor de las contribuciones de la mujer a la sociedad, la limitada cantidad de mujeres en posiciones de adopción de decisiones; y los insuficientes servicios para apoyar el papel de la mujer en la vida nacional, como cooperativas, guarderías infantiles y facilidades de crédito, así también como la falta de los recursos financieros necesarios en general destinados hacia mujeres, constituyen algunas de las causas que llevan a que en el mundo actual se siga manteniendo una drástica iniquidad de género. Esto, desde luego, acompañado por la falta de sensibilización entre las propias mujeres respecto de las oportunidades disponibles para ellas y la necesidad de movimientos proactivos que reivindiquen el papel y el valor de la mujer en nuestra sociedad.



24 de abril de 2010

La globalización y el contexto actual constituyen una oportunidad para América Latina

A propósito de la globalización, la crisis financiera, y, la necesidad de replantearse la forma y funcionamiento del nuevo orden internacional, es momento para que en América Latina se emprenda un nuevo camino con una dirección elaborada desde la región y que respete un modelo de desarrollo auténtico. Es por eso que pienso que en el actual contexto, es pertinente volver a las ideas de Raúl Prebish, el cual nos planteaba lo siguiente: 

1.  La necesidad de rebelarse del pensamiento hegemónico de los centros de poder. 
2.  La necesidad de cambios profundos en la estructura productiva mediante la gestión del conocimiento,
3.  Existe la posibilidad de promover un cambio profundo sin subordinación.

La capacidad para hacer frente a los nuevos desafíos de la globalización es decisiva para la región. Las vías son claras, ell fortalecimiento de capacidades locales nos permitirá ser más competitivos a nivel internacional y por lo tanto dirigir nuestros propios procesos. Quizá en esto lo más importante es la inversión pública en la mejora y el abastecimiento de los derechos sociales con especial enfoque en innovación tecnológica y salud pública.

EL Nuevo Orden Internacional




Toda sociedad necesita un ordenamiento que establezca normas y parámetros de comportamiento para garantizar la paz y la seguridad de sus habitantes. La sociedad internacional no puede ser la excepción, esta requiere de un orden internacional conformado por instituciones, principios, y normas que ayuden a controlar el proceder de sus actores, y, que al mismo tiempo, contribuyan a alcanzar sus objetivos, entre ellos, el establecer relaciones en igualdad de condiciones entre todas las naciones, el de cooperar para el desarrollo integral de los países, y el de mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales bajo parámetros de respeto a la soberanía nacional y los derechos humanos.[1] No obstante la amplitud de características del sistema internacional, los forjadores de la política internacional históricamente ha manifestado su especial interés en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional. Cómo manifiesta Catarina García Segura, el orden internacional que conocemos nació con la firma de los acuerdos de Paz de Westfalia, en 1648, los cuales definieron el devenir de la sociedad internacional hasta la fecha de hoy.[2]

Ciertamente, la seguridad del planeta es la preocupación más grande que los políticos y diplomáticos alredor del mundo tienen, y en especial la de los países más poderosos. Esto no debería causarnos el menor asombro, puesto que el nuevo orden internacional, establecido a raíz de la caída del muro de Berlín, trajo consigo la herencia de una gran carrera armamentística y tecnológica, que potenció el crecimiento económico de algunos países, entre ellos los Estados Unidos (EU) y el resto de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. Paradójicamente una de las guerras más largas de la historia, la Guerra Fría, no ocasionó enfrentamientos bélicos, salvo una que otra escaramuza. Sin embargo, si se prestó para el enfrentamiento ideológico, político, económico y fundamentalmente tecnológico (especialmente en armamento) entre EU y La Unión Soviética (URSS). No obstante, de manera positiva, los deseos de imposición de un modelo a escala global que enfrentaron a estas dos potencias, permitieron  la bipolaridad del mundo  entre 1945 y 1991. Así también como permitieron que los estados, soberanamente, eligieran entre las dos vertientes existentes: a) el comunismo soviético, y b) el capitalismo estadounidense. La sola existencia de la URSS como actor internacional, con un peso importante, propiciaba una relativa calma y sensación de libertad durante estos años.[3] No obstante, con la victoria de EU y la imposición del modelo capitalista, se instauró un nuevo orden internacional caracterizado por la aparición de un poder hegemónico y la imposición de un modelo económico predominante a nivel mundial. El capitalismo se instaló y con el la imposición de un mercado a escala global y varias características más que a decir de los más poderosos policy makers, sirven para garantizar la paz y la seguridad internacional.

El orden internacional  es un ente vivo y por lo tanto se desarrolla y evoluciona constantemente. A decir de Xavier Batalla[4], uno de los puntos de inflexión en el suceder de la sociedad internacional fueron los atentados del 9/11, los cuales pusieron de manifiesto dos características fundamentales que marcarían el rumbo del nuevo orden internacional. La primera, la vulnerabilidad de los Estados Unidos a recibir ataques. Y la segunda, la emergencia de nuevos actores internacionales que no cuentan con las características típicas de los sujetos internacionales. El surgimiento de estas dos nuevas variables hicieron que los policy makers de Washington, diseñaran, en el Pentágono, en la Casa Blanca, y en Wall street, la Nueva Estrategia de Seguridad Nacional. Los autores de la llamada Doctrina Bush de la guerra preventiva, Paul Wolfowitz, ex presidente del Banco Mundial, y I. Lewis Libby, asesor de Bush en ese momento,  proponían en ese documento la capacidad de que los EU atacara a cualquier país que representara una amenaza para su seguridad. Los ataques podían efectuarse sin autorización previa del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, o la Asamblea General en última instancia, tan sólo el sentimiento de amenaza bastaba para iniciar una operación militar del más alto relieve y con la mayor capacidad de destrucción.[5] Y así fue, el gobierno de George W. Bush inició una campaña bélica en Irak bajo el argumento de que Sadam Hussein escondía armas de destrucción masiva.  No obstante como se comprobó más adelante, las armas nunca existieron, y la destrucción de toda una cultura y la humillación de su pueblo fue, nada menos que, a causa de la obsesión por controlar uno de los mercados más ricos e importantes del mundo. Como bien lo manifiesta Noam Chomsky[6], para los líderes estadounidenses agresión quiere decir resistencia. El atraco a las reservas petrolíferas iraquíes fue inclusive institucionalizado por el programa Oil for Food administrado por la ONU, del cual dos de sus presidentes dimitieron en vista de las irregularidades que el programa humanitario tenía. De esta forma los EU pusieron de manifiesto su deseo y voluntad de imponer su mandato inclusive mediante el uso de la fuerza, convirtiéndose a ojos de la mayoría de habitantes del planeta, en el mayor peligro para la paz y la seguridad internacional.[7]

La guerra en Irak, y, la posterior en Afganistán, pusieron de manifiesto otras dos nuevas variables en el nuevo orden internacional, las cuales marcan otro de los momentos importantes del devenir internacional. La primera, que EU se consolidaba, mediante el uso de la fuerza, como potencia hegemónica a nivel internacional. La segunda, que pese a su fortaleza militar y económica, para mantener el dominio mundial, los EU requiere el apoyo de otros actores internacionales. El último factor principalmente, permite vislumbrar que el dominio hegemónico de la fuerza y la economía ya no le pertenece en su totalidad a EU. Esto quedó aún más claro en 2007, cuando la crisis económica mundial originada en su territorio, se llevó a varias de sus empresas más fuertes a la quiebra, ocasionando miles de perdidas económicas y de puestos de trabajo en todo el mundo. De esta manera, poniendo en evidencia la masiva interconexión de las economías en el mundo y la necesidad de interactuar bajo parámetros de colaboración entre ellas.

Así las cosas, los teóricos de las relaciones internacionales se encuentran en un conflicto en la definición del nuevo orden internacional.  A decir de Joseph S. Nye,[8] existe un poder disperso en la sociedad internacional, que no puede ser catalogado dentro del multilateralismo, pero tampoco en el unilateralismo.  Manifiesta que las actuales relaciones internacionales deben ser examinadas en tres dimensiones, el militar, el económico y el nivel en que los agentes no estatales, desde los bancos, o las ONG, hasta el terrorismo o el narcotráfico mueven sus piezas.[9] Así mismo, Samuel Huntington, reconocido por su teoría del Choque de las Civilizaciones, considera que “el presente orden internacional no encaja en ninguno de los tres modelos considerados convencionales”[10]. Huntington, manifiesta que el sistema internacional actual “es un extraño híbrido al que denomina sistema internacional uni-multipolar”[11], el cual está constituido “por una superpotencia y diversas  potencias mayores.” No obstante, los autores no mencionan quizá a uno de los actores más importantes del escenario internacional como son las transnacionales. Tanto Nye cómo Huntington no toman en consideración la libertad de operación que tienen las grandes empresas transnacionales, y su enorme influencia en el devenir de las sociedades y de los individuos habitantes del mundo. El criterio de los autores deja de lado la influencia que la globalización tiene en el desarrollo del proceso de evolución de nuestra sociedad. Sin embargo, aún más conservadores, a la hora de definir el nuevo orden internacional, son  Wohlforth y Krauthammer quienes manifiestan que el mundo es unilateral y que el poder geopolíticamente, tecnológicamente y militarmente le corresponde a EU, por lo tanto, son indiscutiblemente la potencia hegemónica del actual sistema internacional.[12]

A la luz de la evidencia del desarrollo de la sociedad internacional, se podría afirmar, que existen más elementos que influyen en el comportamiento de los actores internacionales, nuevos actores que no pueden ser definidos de la forma típica de un estado nación, actores con una capacidad de influencia que sobrepasa el alcance que alguna vez tuvo el estado. Y es que en el nuevo orden internacional, se encuentra sumergido en un proceso de globalización, el cual ha ocasionado, a nivel mundial, un enfrentamiento entre poder y política.[13] El Estado no controla el poder económico en un su mayor parte y por lo tanto ha perdido poder con respecto a otros actores internacionales. El Estado, no controla el soft power y este en su mayoría es controlado por las multinacionales más reconocidas. El Estado monopoliza relativamente el uso de la fuerza, actualmente, hasta cierta medida, lo comparte con otros actores internacionales, entre ellos, grupos terroristas, narcotraficantes, señores de la guerra, e inclusive ejércitos privados que pertenecen a Holdings transnacionales.[14] Esto quiere decir que la seguridad ya no se encuentra sólo en manos de los Estados, por lo tanto es imposible pensar en un orden internacional que no abarque a los nuevos actores, y comprenda las nuevas y tan sui géneris dinámicas de éste.

Al contrario de lo que manifiesta Xavier Batalla,[15] es preciso considerar  que la interrelación de la sociedad internacional no está marcada únicamente por las decisiciones que tome uno de los actores internacionales. Si bien es cierto la influencia militar de los EU ha marcado el ritmo del devenir internacional hasta el momento. No obstante, no se debe descartar que la balanza siempre se puede inclinar hacia el resto de actores internacionales en caso de una actuación totalmente deliberada e inadecuada por parte de los administradores del estado de EU. Haciendo un ejercicio de abstracción y realizando un balance de la cantidad de poder que comparte cada uno de los actores de la escena internacional, se puede comprobar que pese al poder militar que EU ostenta, no podría triunfar contra un eventual alineamiento de todos los actores internacionales mencionados.

El mayor dilema para la seguridad internacional, es el comportamiento imperialista y belicista que los EU ha venido teniendo durante ya varios años. Y es que, a decir de Noam Chomsky, la actitud imperialista de la política exterior del gobierno de EU es peligrosa puesto que nunca ha cambiado su origen expansivo y de ambición imperialista. Desde la época de Washington, padre creador de EU se manifestó, que el estado naciente era un infant empire (imperio naciente)[16] que algún día se asemejaría al imperio de la Pax británica. Y que decir a cerca de la política exterior de John Quincy Adams, el cual fue el primero en imponer la política de guerra preventiva y la tesis de la expansión como único camino hacia la seguridad.[17] Y es que la política expansiva del modelo de los EU se ha caracterizado históricamente por pretender el dominio mundial y donde ha llegado, ha generado desigualdad, pobreza, violaciones a los derechos humanos y violaciones al orden internacional establecido. Como bien lo manifiesta Caterina García, la pobreza y la desigualdad generan violencia e inestabilidad a nivel global. El medio utilizado para esta expansión, la fuerza, ha generado odio hacia todo lo que es Estadounidense, lo cual ha fomentado el crecimiento de organizaciones terroristas y delictivas a nivel internacional que amenazan la seguridad y el orden internacional. Lo cual deja en manifiesto una vez más la imposibilidad de actuar de manera unilateral en la respuesta a la seguridad mundial. Puesto que todo lo perteneciente a Occidente es inmediatamente relacionado con EU. Es un momento crítico en la redefinición del orden internacional, y como lo menciona la conocida Doctrina Solana, que contiene la Estrategia Europea de Seguridad, es momento de alcanzar cohesión a nivel internacional y actuar bajo un multilateralismo eficaz, que no ponga en riesgo la seguridad internacional.[18]

Carla García, lo expresa adecuadamente, existen varios retos y consideraciones que los teóricos de las relaciones internacionales deben tomar en consideración. La coexistencia de diversos actores internacionales es real y afecta al devenir de las relaciones entre actores internacionales. Es necesario replantear los problemas globales que atentan contra la seguridad y el mantenimiento del orden internacional. Además, como se plantea anteriormente, es necesario un ejercicio de abstracción que permita valorar independientemente y tomando en cuenta los rasgos más relevantes de cada uno de los nuevos integrantes del tablero internacional para poder apreciar la nueva sociedad internacional. Es deber de los teóricos de las relaciones internacionales, el quitarse la venda del conservadurismo y ver el mundo del siglo XXI como el ente vivo y sui géneris que se ha venido explicando a lo largo de este texto.



[1] Preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas, disponible en Internet en: http://www.un.org/spanish/aboutun/charter.htm#nota, consultada el 8 de abril de 2010.
[2] García Segura, Caterina. El orden internacional amenazado. Retos y oportunidades para fortalecer la seguridad en la sociedad internacional contemporánea. pág. 43
[3] Se podría hablar de que durante la guerra fría, la Sociedad internacional vivió una democracia análoga la que existe en los Estados Unidos.
[4] Batalla, Xavier, Un mundo Uni-Multipolar. Pág. 31
[5] Estrategia de Seguridad Nacional Estadounidense. Disponible en Internet en la página web: http://nationalstrategy.com/Programs/NationalStrategyForumReview/Winter2009Vol19No1USNSS2010/tabid/220/Default.aspx (consultada el 8 de abril de 2010)
[6] Chomsky, Noam. Charla en la Universidad de Bostón el 17 de Marzo de 2009.  Modern Day American Imperialism: The Middle East and Beyond. Disponible en Internet en: http://www.zcommunications.org/modern-day-american-imperialism-the-middle-east-and-beyond-by-noam-chomsky (Consultada el 18 de abril de 2010)
[7] Ibídem

[8] Batalla, Xavier. Un mundo Uni-Multipolar. Pág. 32 refiriéndose a  Joseph S. Nye.
[9] Ibídem
[10] Batalla, Xavier. Un mundo Uni-Multipolar. Pág. 32 refiriéndose a Samuel Huntington.
[11] Ibídem
[12] Batalla, Xavier. Un mundo Uni-Multipolar. Pág. 33 refiriéndose a William Wohlforth y a Charles Krauthammer.
[13] Bauman, Zigmund. Tiempos Líquidos: Vivir en una época de incertidumbre. Pág. 8
[14] Periódico Rebelión, artículo titulado: Los mercenarios sueltos en Irak. Disponible en el Internet en:  www.rebelion.org/hemeroteca/imperio/040524febbro.htm (Consultado el 16 de abril de 2010)

[15] Batalla, Xavier. Un mundo Uni-Multipolar. Pág. 37

[16] Steven Newcomb, A Brief Story About the American Empire, Global Forum Policy, web: http://www.globalpolicy.org/component/content/article/155/25973.html (consultado el 18 de abril de 2010) 

[17]Chomsky, Noam. Charla en la Universidad de Bostón el 17 de Marzo de 2009.  Modern Day American Imperialism: The Middle East and Beyond. Disponible en Internet en: http://www.zcommunications.org/modern-day-american-imperialism-the-middle-east-and-beyond-by-noam-chomsky (Consultada el 18 de abril de 2010)

[18] Estrategia Europea de Seguridad, disponible en Internet en: http://europa.eu/legislation_summaries/justice_freedom_security/fight_against_terrorism/r00004_es.htm (consultada el 18 de abril de 2010)