24 de abril de 2010

EL Nuevo Orden Internacional




Toda sociedad necesita un ordenamiento que establezca normas y parámetros de comportamiento para garantizar la paz y la seguridad de sus habitantes. La sociedad internacional no puede ser la excepción, esta requiere de un orden internacional conformado por instituciones, principios, y normas que ayuden a controlar el proceder de sus actores, y, que al mismo tiempo, contribuyan a alcanzar sus objetivos, entre ellos, el establecer relaciones en igualdad de condiciones entre todas las naciones, el de cooperar para el desarrollo integral de los países, y el de mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales bajo parámetros de respeto a la soberanía nacional y los derechos humanos.[1] No obstante la amplitud de características del sistema internacional, los forjadores de la política internacional históricamente ha manifestado su especial interés en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional. Cómo manifiesta Catarina García Segura, el orden internacional que conocemos nació con la firma de los acuerdos de Paz de Westfalia, en 1648, los cuales definieron el devenir de la sociedad internacional hasta la fecha de hoy.[2]

Ciertamente, la seguridad del planeta es la preocupación más grande que los políticos y diplomáticos alredor del mundo tienen, y en especial la de los países más poderosos. Esto no debería causarnos el menor asombro, puesto que el nuevo orden internacional, establecido a raíz de la caída del muro de Berlín, trajo consigo la herencia de una gran carrera armamentística y tecnológica, que potenció el crecimiento económico de algunos países, entre ellos los Estados Unidos (EU) y el resto de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. Paradójicamente una de las guerras más largas de la historia, la Guerra Fría, no ocasionó enfrentamientos bélicos, salvo una que otra escaramuza. Sin embargo, si se prestó para el enfrentamiento ideológico, político, económico y fundamentalmente tecnológico (especialmente en armamento) entre EU y La Unión Soviética (URSS). No obstante, de manera positiva, los deseos de imposición de un modelo a escala global que enfrentaron a estas dos potencias, permitieron  la bipolaridad del mundo  entre 1945 y 1991. Así también como permitieron que los estados, soberanamente, eligieran entre las dos vertientes existentes: a) el comunismo soviético, y b) el capitalismo estadounidense. La sola existencia de la URSS como actor internacional, con un peso importante, propiciaba una relativa calma y sensación de libertad durante estos años.[3] No obstante, con la victoria de EU y la imposición del modelo capitalista, se instauró un nuevo orden internacional caracterizado por la aparición de un poder hegemónico y la imposición de un modelo económico predominante a nivel mundial. El capitalismo se instaló y con el la imposición de un mercado a escala global y varias características más que a decir de los más poderosos policy makers, sirven para garantizar la paz y la seguridad internacional.

El orden internacional  es un ente vivo y por lo tanto se desarrolla y evoluciona constantemente. A decir de Xavier Batalla[4], uno de los puntos de inflexión en el suceder de la sociedad internacional fueron los atentados del 9/11, los cuales pusieron de manifiesto dos características fundamentales que marcarían el rumbo del nuevo orden internacional. La primera, la vulnerabilidad de los Estados Unidos a recibir ataques. Y la segunda, la emergencia de nuevos actores internacionales que no cuentan con las características típicas de los sujetos internacionales. El surgimiento de estas dos nuevas variables hicieron que los policy makers de Washington, diseñaran, en el Pentágono, en la Casa Blanca, y en Wall street, la Nueva Estrategia de Seguridad Nacional. Los autores de la llamada Doctrina Bush de la guerra preventiva, Paul Wolfowitz, ex presidente del Banco Mundial, y I. Lewis Libby, asesor de Bush en ese momento,  proponían en ese documento la capacidad de que los EU atacara a cualquier país que representara una amenaza para su seguridad. Los ataques podían efectuarse sin autorización previa del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, o la Asamblea General en última instancia, tan sólo el sentimiento de amenaza bastaba para iniciar una operación militar del más alto relieve y con la mayor capacidad de destrucción.[5] Y así fue, el gobierno de George W. Bush inició una campaña bélica en Irak bajo el argumento de que Sadam Hussein escondía armas de destrucción masiva.  No obstante como se comprobó más adelante, las armas nunca existieron, y la destrucción de toda una cultura y la humillación de su pueblo fue, nada menos que, a causa de la obsesión por controlar uno de los mercados más ricos e importantes del mundo. Como bien lo manifiesta Noam Chomsky[6], para los líderes estadounidenses agresión quiere decir resistencia. El atraco a las reservas petrolíferas iraquíes fue inclusive institucionalizado por el programa Oil for Food administrado por la ONU, del cual dos de sus presidentes dimitieron en vista de las irregularidades que el programa humanitario tenía. De esta forma los EU pusieron de manifiesto su deseo y voluntad de imponer su mandato inclusive mediante el uso de la fuerza, convirtiéndose a ojos de la mayoría de habitantes del planeta, en el mayor peligro para la paz y la seguridad internacional.[7]

La guerra en Irak, y, la posterior en Afganistán, pusieron de manifiesto otras dos nuevas variables en el nuevo orden internacional, las cuales marcan otro de los momentos importantes del devenir internacional. La primera, que EU se consolidaba, mediante el uso de la fuerza, como potencia hegemónica a nivel internacional. La segunda, que pese a su fortaleza militar y económica, para mantener el dominio mundial, los EU requiere el apoyo de otros actores internacionales. El último factor principalmente, permite vislumbrar que el dominio hegemónico de la fuerza y la economía ya no le pertenece en su totalidad a EU. Esto quedó aún más claro en 2007, cuando la crisis económica mundial originada en su territorio, se llevó a varias de sus empresas más fuertes a la quiebra, ocasionando miles de perdidas económicas y de puestos de trabajo en todo el mundo. De esta manera, poniendo en evidencia la masiva interconexión de las economías en el mundo y la necesidad de interactuar bajo parámetros de colaboración entre ellas.

Así las cosas, los teóricos de las relaciones internacionales se encuentran en un conflicto en la definición del nuevo orden internacional.  A decir de Joseph S. Nye,[8] existe un poder disperso en la sociedad internacional, que no puede ser catalogado dentro del multilateralismo, pero tampoco en el unilateralismo.  Manifiesta que las actuales relaciones internacionales deben ser examinadas en tres dimensiones, el militar, el económico y el nivel en que los agentes no estatales, desde los bancos, o las ONG, hasta el terrorismo o el narcotráfico mueven sus piezas.[9] Así mismo, Samuel Huntington, reconocido por su teoría del Choque de las Civilizaciones, considera que “el presente orden internacional no encaja en ninguno de los tres modelos considerados convencionales”[10]. Huntington, manifiesta que el sistema internacional actual “es un extraño híbrido al que denomina sistema internacional uni-multipolar”[11], el cual está constituido “por una superpotencia y diversas  potencias mayores.” No obstante, los autores no mencionan quizá a uno de los actores más importantes del escenario internacional como son las transnacionales. Tanto Nye cómo Huntington no toman en consideración la libertad de operación que tienen las grandes empresas transnacionales, y su enorme influencia en el devenir de las sociedades y de los individuos habitantes del mundo. El criterio de los autores deja de lado la influencia que la globalización tiene en el desarrollo del proceso de evolución de nuestra sociedad. Sin embargo, aún más conservadores, a la hora de definir el nuevo orden internacional, son  Wohlforth y Krauthammer quienes manifiestan que el mundo es unilateral y que el poder geopolíticamente, tecnológicamente y militarmente le corresponde a EU, por lo tanto, son indiscutiblemente la potencia hegemónica del actual sistema internacional.[12]

A la luz de la evidencia del desarrollo de la sociedad internacional, se podría afirmar, que existen más elementos que influyen en el comportamiento de los actores internacionales, nuevos actores que no pueden ser definidos de la forma típica de un estado nación, actores con una capacidad de influencia que sobrepasa el alcance que alguna vez tuvo el estado. Y es que en el nuevo orden internacional, se encuentra sumergido en un proceso de globalización, el cual ha ocasionado, a nivel mundial, un enfrentamiento entre poder y política.[13] El Estado no controla el poder económico en un su mayor parte y por lo tanto ha perdido poder con respecto a otros actores internacionales. El Estado, no controla el soft power y este en su mayoría es controlado por las multinacionales más reconocidas. El Estado monopoliza relativamente el uso de la fuerza, actualmente, hasta cierta medida, lo comparte con otros actores internacionales, entre ellos, grupos terroristas, narcotraficantes, señores de la guerra, e inclusive ejércitos privados que pertenecen a Holdings transnacionales.[14] Esto quiere decir que la seguridad ya no se encuentra sólo en manos de los Estados, por lo tanto es imposible pensar en un orden internacional que no abarque a los nuevos actores, y comprenda las nuevas y tan sui géneris dinámicas de éste.

Al contrario de lo que manifiesta Xavier Batalla,[15] es preciso considerar  que la interrelación de la sociedad internacional no está marcada únicamente por las decisiciones que tome uno de los actores internacionales. Si bien es cierto la influencia militar de los EU ha marcado el ritmo del devenir internacional hasta el momento. No obstante, no se debe descartar que la balanza siempre se puede inclinar hacia el resto de actores internacionales en caso de una actuación totalmente deliberada e inadecuada por parte de los administradores del estado de EU. Haciendo un ejercicio de abstracción y realizando un balance de la cantidad de poder que comparte cada uno de los actores de la escena internacional, se puede comprobar que pese al poder militar que EU ostenta, no podría triunfar contra un eventual alineamiento de todos los actores internacionales mencionados.

El mayor dilema para la seguridad internacional, es el comportamiento imperialista y belicista que los EU ha venido teniendo durante ya varios años. Y es que, a decir de Noam Chomsky, la actitud imperialista de la política exterior del gobierno de EU es peligrosa puesto que nunca ha cambiado su origen expansivo y de ambición imperialista. Desde la época de Washington, padre creador de EU se manifestó, que el estado naciente era un infant empire (imperio naciente)[16] que algún día se asemejaría al imperio de la Pax británica. Y que decir a cerca de la política exterior de John Quincy Adams, el cual fue el primero en imponer la política de guerra preventiva y la tesis de la expansión como único camino hacia la seguridad.[17] Y es que la política expansiva del modelo de los EU se ha caracterizado históricamente por pretender el dominio mundial y donde ha llegado, ha generado desigualdad, pobreza, violaciones a los derechos humanos y violaciones al orden internacional establecido. Como bien lo manifiesta Caterina García, la pobreza y la desigualdad generan violencia e inestabilidad a nivel global. El medio utilizado para esta expansión, la fuerza, ha generado odio hacia todo lo que es Estadounidense, lo cual ha fomentado el crecimiento de organizaciones terroristas y delictivas a nivel internacional que amenazan la seguridad y el orden internacional. Lo cual deja en manifiesto una vez más la imposibilidad de actuar de manera unilateral en la respuesta a la seguridad mundial. Puesto que todo lo perteneciente a Occidente es inmediatamente relacionado con EU. Es un momento crítico en la redefinición del orden internacional, y como lo menciona la conocida Doctrina Solana, que contiene la Estrategia Europea de Seguridad, es momento de alcanzar cohesión a nivel internacional y actuar bajo un multilateralismo eficaz, que no ponga en riesgo la seguridad internacional.[18]

Carla García, lo expresa adecuadamente, existen varios retos y consideraciones que los teóricos de las relaciones internacionales deben tomar en consideración. La coexistencia de diversos actores internacionales es real y afecta al devenir de las relaciones entre actores internacionales. Es necesario replantear los problemas globales que atentan contra la seguridad y el mantenimiento del orden internacional. Además, como se plantea anteriormente, es necesario un ejercicio de abstracción que permita valorar independientemente y tomando en cuenta los rasgos más relevantes de cada uno de los nuevos integrantes del tablero internacional para poder apreciar la nueva sociedad internacional. Es deber de los teóricos de las relaciones internacionales, el quitarse la venda del conservadurismo y ver el mundo del siglo XXI como el ente vivo y sui géneris que se ha venido explicando a lo largo de este texto.



[1] Preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas, disponible en Internet en: http://www.un.org/spanish/aboutun/charter.htm#nota, consultada el 8 de abril de 2010.
[2] García Segura, Caterina. El orden internacional amenazado. Retos y oportunidades para fortalecer la seguridad en la sociedad internacional contemporánea. pág. 43
[3] Se podría hablar de que durante la guerra fría, la Sociedad internacional vivió una democracia análoga la que existe en los Estados Unidos.
[4] Batalla, Xavier, Un mundo Uni-Multipolar. Pág. 31
[5] Estrategia de Seguridad Nacional Estadounidense. Disponible en Internet en la página web: http://nationalstrategy.com/Programs/NationalStrategyForumReview/Winter2009Vol19No1USNSS2010/tabid/220/Default.aspx (consultada el 8 de abril de 2010)
[6] Chomsky, Noam. Charla en la Universidad de Bostón el 17 de Marzo de 2009.  Modern Day American Imperialism: The Middle East and Beyond. Disponible en Internet en: http://www.zcommunications.org/modern-day-american-imperialism-the-middle-east-and-beyond-by-noam-chomsky (Consultada el 18 de abril de 2010)
[7] Ibídem

[8] Batalla, Xavier. Un mundo Uni-Multipolar. Pág. 32 refiriéndose a  Joseph S. Nye.
[9] Ibídem
[10] Batalla, Xavier. Un mundo Uni-Multipolar. Pág. 32 refiriéndose a Samuel Huntington.
[11] Ibídem
[12] Batalla, Xavier. Un mundo Uni-Multipolar. Pág. 33 refiriéndose a William Wohlforth y a Charles Krauthammer.
[13] Bauman, Zigmund. Tiempos Líquidos: Vivir en una época de incertidumbre. Pág. 8
[14] Periódico Rebelión, artículo titulado: Los mercenarios sueltos en Irak. Disponible en el Internet en:  www.rebelion.org/hemeroteca/imperio/040524febbro.htm (Consultado el 16 de abril de 2010)

[15] Batalla, Xavier. Un mundo Uni-Multipolar. Pág. 37

[16] Steven Newcomb, A Brief Story About the American Empire, Global Forum Policy, web: http://www.globalpolicy.org/component/content/article/155/25973.html (consultado el 18 de abril de 2010) 

[17]Chomsky, Noam. Charla en la Universidad de Bostón el 17 de Marzo de 2009.  Modern Day American Imperialism: The Middle East and Beyond. Disponible en Internet en: http://www.zcommunications.org/modern-day-american-imperialism-the-middle-east-and-beyond-by-noam-chomsky (Consultada el 18 de abril de 2010)

[18] Estrategia Europea de Seguridad, disponible en Internet en: http://europa.eu/legislation_summaries/justice_freedom_security/fight_against_terrorism/r00004_es.htm (consultada el 18 de abril de 2010)

No hay comentarios: